sábado, 11 de abril de 2009

La política local

Ismail Omar Guelleh es Presidente de la República de D´Jibouti desde hace diez años. El día ocho de mayo se celebró con gran pompa y boato las actividades sociales para conmemorar dicho acontecimiento. En la cena recepción que ofreció la primera dama, tuve ocasión de ver con mis propios ojos el lujo, la ostentación y exuberancia, tanto del propio Presidente como del círculo de amigos y familiares que se reparte la tarta del poder.

Guelleh es etíope de nacimiento, emigró a D´Jibouti antes de acabar los estudios secundarios y se incorporó a la policía llegando a ser Suboficial. Cuando el país se independizó de Francia en el año setenta y siete, se convirtió en Jefe de la Policía Secreta y Jefe del Gabinete de su tío, el anterior Presidente. En esos años, conoció en profundidad las fuerzas políticas y aplicó un lema como nadie: “divide y vencerás”. Utilizó sin contemplaciones la represión y la intimidación en un brutal Servicio Secreto que dirigió de forma maquiavélica y despótica. Detenciones sin juicio, tortura física de disidentes, malos tratos y ausencia de garantías jurídicas eran sus herramientas de trabajo habitual.

Jubilado el Presidente anterior, es nombrado “a dedo” por su tío como candidato presidencial por el monopartido “Coalición Popular para el Progreso”, gana las elecciones “democráticas” y es nombrado Presidente. Su primera acción en el Gobierno es arrestar y deportar a nadie sabe dónde, a sus rivales políticos y amenazas de gobierno.

Sus ideas básicas son la defensa del panarabismo, la colaboración con Estados Unidos en la “guerra contra el terror” y la defensa ferviente del Islam.
Aunque oficialmente D´Jibouti es una democracia, el sistema político está osificado, cuenta con partido político único y un estrecho círculo de amigos se reparten el cotarro: los transportes (impuestos aduaneros, licencias de taxi y autobuses), el tránsito portuario, el khat, etc., todo está bajo su control y de todo sacan tajada. No existe libertad de expresión, criticar al Presidente es ilegal. Su forma de ejercer el poder es la de un tirano que gobierna el país de forma feudal. Por estas latitudes todavía quedan unos cuántos como éste.


El descontento de los Afar empujados a la periferia y la persistencia de la pobreza extrema del noventa y cinco por ciento de la población, son los problemas de su régimen represivo, autoritario y corrupto... …mientras, él y sus colegas hinchan sus cuentas corrientes secretas en paraísos fiscales con el tráfico de drogas y el blanqueo de dinero, la población muere de hambre en la calle.

A Guelleh parece importarle poco, se aisla en su palacio en la playa, construido con millones de dólares, entre el lujo y la suntuosidad mientras llena la ciudad con inmensos carteles con su cara de pariente lejano de Juan Echanove en una imagen bondadosa llena de humanidad.

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