sábado, 13 de junio de 2009

Qué me llevo

Desde el quince de marzo, cuando salí de España, han pasado sólo tres meses.

En este tiempo, vivido intensamente, puedo concluir que he cumplido mi cometido a la vez que he experimentado una gran cantidad de vivencias que he intentado transmitir en las páginas de este blog.

En el aspecto profesional, me ha resultado muy satisfactorio salir del “despacho” y comprobar la operatividad de nuestras unidades, la profesionalidad de sus individuos, el sometimiento de todos los intereses personales al cumplimiento de la obligación. La abnegación y el compañerismo, la lealtad y el espíritu de sacrificio no son virtudes obsoletas, constituyen el día a día en el transcurso de una misión.

Además he podido conocer “de cerca” cómo funciona el Grupo 22, cómo se prepara una misión, cómo es el vuelo, qué hay antes, después y durante. Todas las personas que, en distintas áreas de responsabilidad, aportan su grano de arena para conseguir el objetivo común. Aquí la práctica hace tangible el por qué del trabajo de cada cual.

En el ámbito personal, la experiencia me ha transformado profundamente. He conocido otra cultura, otra religión, otras costumbres. He visto la cara del hambre, la miseria y la desolación. He tenido la oportunidad de contactar con la población local, he conocido personalidades importantes como los diplomáticos y políticos, personajes exóticos como mi amigo el Masai, profesionales de diferentes sectores como los pesqueros, los cableros, etc, además he tenido relación frecuente con componentes de las Fuerzas Armadas de otros países, europeos, americanos, japoneses, etc.


Personalmente, la visión de África unido con lejanía de mi rutina diaria me ha dado la oportunidad de valorar especialmente lo que tengo en España. Mis hijos, mi relación de pareja, mi familia y mis amigos son los pilares esenciales en mi vida. Sé que mis padres hubieran leído con sumo interés mis comentarios, incluso los más aburridos les hubieran parecido excepcionales… a veces pienso que los leen.


He intentado describir la realidad como la he visto, contar mis sentimientos como los he vivido y tratar los temas profesionales con la prudencia necesaria para no comprometer en ningún caso la imagen de España, de sus Fuerzas Armadas ni del Ejército del Aire, siendo siempre sincero en mis apreciaciones y comentarios personales.


Me gustaría, cómo no, agradeceros a todos los blogeros, amigos y enemigos, conocidos y desconocidos, españoles y extranjeros, vuestro interés, vuestros elogios y también vuestras críticas, vuestras sugerencias y vuestros comentarios. Vosotros habéis sido mis confidentes, los que me habéis señalado fallos, aciertos, los que habéis mostrado entusiasmo o críticas. Gracias por estar ahí, por la compañía y la complicidad. Vuestra lectura me ha ayudado a dejar constancia escrita de las situaciones que he vivido, y ha hecho que este tiempo haya transcurrido a una velocidad extraordinaria.


Después de vivir la experiencia de D´Jibouti, en mi mente se ha instalado, una idea voluminosa e insípida. No sé muy bien qué es, pero no quiero verla más, me repugna la indolencia de nuestro “primer mundo” ante tanta miseria. Mis principios se confunden, me sacuden con rabia e indignación; mi raciocinio me responde: “Le agradezco a mi país la posibilidad de haber conocido esta parte olvidada del planeta, pero creo que ya he vivido demasiadas nuevas experiencias, ahora es preciso que vuelva a España.”




Se acaba la misión. Ya está aquí el relevo. Es tiempo de que otros continúen escribiendo. Quizás exista, en algún otro momento, otro blog en el que el comandante nachete pueda seguir contando nuevas experiencias. En unos días, volaré de regreso a Torrejón.

viernes, 12 de junio de 2009

"Jose"

Si hay alguien en el Destacamento que ha despertado de una forma especial el cariño de todos y cada uno de los componentes del grupo que estamos próximos a regresar, ése es Jose.

Jose es una persona sencilla, simple y llana, que tiene los conceptos muy claros, su escala de valores bien definida y el objetivo que persigue durante su estancia en D´jibouti, absolutamente diáfana.


Ha pasado los cincuenta, es corpulento, no muy alto, cara de niño que acaba de hacer una trastada, sonrisa fácil y una predisposición innata para solucionar cualquier tema que pueda atragantársenos. En estos meses ha hecho de todo; y cuando digo de todo, quiero decir exactamente eso: de todo. Nos conoce perfectamente a cada uno de nosotros, se ha interesado por la condición física, médica y mental de todos, por nuestras preocupaciones personales, nuestra vida profesional, nuestro estado de ánimo… siempre intentando ayudar, echar una mano, arreglar un problema, por simple que este parezca.

Habla buen inglés, se maneja perfectamente con el francés, y aunque las recepciones y actos oficiales no son muy de su agrado, puede considerarse que ha pasado el test de relaciones públicas con muy buena nota. También ha aprobado, aunque con un cinco por los pelos, la asignatura de tomarse una cerveza por la noche.

Además de su carácter dicharachero, y su especial predisposición para hablar de temas aeronáuticos, sus hobbies conocidos son dos: la fotografía de la que es un auténtico entusiasta, y que le ocupa gran parte de su escaso tiempo libre y… desde su estancia por estas tierras, el buceo. Como buen deportista que ha sido (y sigue siendo), la experiencia de las inmersiones le ha atrapado. Ha encontrado en dicha actividad los únicos momentos en que, al menos durante el tiempo de inmersión, ha estado evadido de agenda, teléfonos, teletipos, informes y un sinfín de preocupaciones que ha conseguido ir superando, como si de una carrera de obstáculos se tratara, hasta llegar a la meta sin haber derribado ni uno sólo de ellos.

Durante su vida profesional, que yo sepa, ha efectuado cursos en Estados Unidos y en Italia, ha dado la vuelta a África, ha participado en anteriores Destacamentos en la antigua Yugoslavia y en Guinea, ha estado al frente de un Escuadrón de la OTAN en el centro de Europa durante cuatro años, ha salido en multitud de ocasiones de situaciones variopintas, difíciles algunas, peligrosas otras, siempre con sentido común y una “pizca de suerte”. Con tono jocoso dice “en África, menos robar, matar y violar mujeres he hecho de todo…” ¡y me lo creo!

Es una persona optimista y afortunada, y se vanagloria de ello, contagia actividad y vibraciones positivas. Todo el Destacamento sabe que si él está detrás de algo, no habrá ningún problema, y el éxito está garantizado.

Personalmente he pasado mucho tiempo a su lado, he aprendido de él muchas cuestiones técnicas que desconocía, pero sobre todo he aprendido que el cariño de la gente no se logra con actos o con palabras, se gana día a día con una forma de ser.



Lo digo yo, pero transmito el sentimiento del grupo, ha sido un auténtico placer y una lección humana y profesional estar a las órdenes de Jose por una temporada.

miércoles, 10 de junio de 2009

La familia P-3

Hoy hemos enviado la siguiente nota de prensa a España para conocimiento y efectos oportunos:

"Con la llegada del destacamento de las Fuerzas de Autodefensa de Japón, ha aumentado a cuatro el número de aviones de P-3 de patrulla marítima estacionados en Djibouti. Todos estos aviones están encuadrados en las distintas Agrupaciones que realizan operaciones de lucha contra la piratería o el terrorismo en la zona del Golfo de Adén.

Aparte de ejercicios o reuniones internacionales de patrulla marítima, ésta es probablemente la primera vez que aviones P-3 de cuatro países (Alemania, España, Estado Unidos y Japón) y de tres continentes distintos, coinciden en un mismo lugar para la realización de operaciones reales de vigilancia marítima y, según las informaciones recibidas, es muy posible que esta familia se amplíe en fechas próximas con la llegada de un P-3 de Australia y otro de Suecia. Aprovechando esta extraordinaria circunstancia, en el día de hoy, 10 de junio, se ha realizado una “foto de familia” de todos los aviones y tripulaciones de P-3.

Aunque operan con distinto avión, también se encuentra estacionado en Djibouti un avión de patrulla marítima francés, que hoy no ha podido “salir en la foto” por estar realizando una misión de vigilancia en el Golfo de Adén.
Esta ocasión se ha aprovechado también para estrechar lazos entre las distintas tripulaciones y países y para establecer canales de comunicación para una mejor coordinación de las misiones que se realizan en la zona y para el intercambio de la información y la experiencia en estas misiones.

Todos los presentes han expresado su deseo de que esta primera reunión se continúe con reuniones periódicas y jornadas de hermandad entre todas las tripulaciones".


Lo que no decimos, ni se aprecia en la foto son los más de cuareta grados que había en el aparcamiento del aeropuerto civil de D´Jibouti que nos han hecho perder un par de litros de líquido en forma de sudor por cabeza... aún con éso, ha sido un intercambio agradable por la confraternización con los colegas de diferentes países con los que nos une el mismo objetivo, y con los que compartimos el mismo medio, unos más veteranos que otros: el P-3.

martes, 9 de junio de 2009

¿Qué es D´jibouti?

D´jibouti es un rincón olvidado del mundo, abandonado a su suerte, utilizado por su interés geoestratégico por los poderosos del planeta y perdido de la mano de Dios.

Existen dos D´jiboutis. En la ciudad, la modernidad se mezcla con un mundo ancestral que uno puede imaginar cuando recuerda las historias de Simbad el Marino. El centro de la capital, en donde por la noche se oye el rumor de los bares y los clubes nocturnos, merece la pena pasearse y explorar, aunque uno no sea muy de “ir a garitos” y observarlo todo atentamente.

Dos mundos conviven en paralelo sin mezclarse jamás. El de los occidentales, que gira en torno al Kempinski, al club náutico, la embajada, el hotel Sheraton, los jardines de Ambouli, las playas de Doraléh, la llanura de Serpent. Es el D´Jibouti de las bases militares francesas cuyas autoridades se pasean encerradas aún en sus nostalgias colonialistas. En las terrazas de los cafés, bajo el ronroneo de los ventiladores, se habla de expediciones en cuatro por cuatro y de encallamientos, de pesca de grandes peces y de hermosas etíopes...

El mundo indígena, por su parte, se encuentra estructurado en torno al gran mercado, el Magalla, a la puerta del Harar (plaza Rimbaud), que se despereza por la mañana a los pies de la mezquita y donde las mujeres charlan delante de sus puestos de azafrán y pimienta. Alrededor, en particular en la rue des Mouches, al final de la rue Etiopía, los tenderetes de comerciantes yemeníes, del tamaño de cajas de cerillas, amontonan tejidos de la India, huevos de avestruz, mariscos del Mar Rojo, mandíbulas de tiburón, luces etíopes, cintas de video y aparatos de aire acondicionado.

Cuando cae la tarde, las familias se reúnen en campamentos de chozas redondas llamadas “tukuls”. Si eres un poco “echao pa´lante”o si alguien te presenta, puedes gozar de su hospitalidad y ser invitados a compartir un café etíope, incluso algunos alimentos bajo la tienda.



En la ciudad, desde el inicio de la tarde, las gentes abandonan sus escasas actividades para reunirse en las casas; allí, tumbados sobre alfombras y cojines, mastican durante horas enteras khat, esa planta euforizante que constituye una verdadera plaga social. ¡Los D´Jiboutianos consumen, legalmente, cerca de quince toneladas por año!

Aunque la población es relativamente tolerante, observo y respeto, como haría en cualquier otro país musulmán, con toda la corrección de la que soy capaz, tanto el vestir como el comportamiento y respeto a sus tradiciones.

Tienen que pasar muchos, muchos, ¡muchos! años para que este trozo de tierra desértica e inhóspita, pueda alcanzar los estándares de un país civilizado. Me refiero a los civilizados musulmanes, por supuesto.

lunes, 8 de junio de 2009

Niños

En D´Jibouti hay un sinfín de problemas relacionados con los niños, unidos a una completa ausencia de garantías y grandes lagunas jurídicas.

Como consecuencia de los conflictos regionales de los países vecinos, se origina la llegada de un número desproporcionado de refugiados que se encuentran en un limbo jurídico, (no son ni asilados ni apátridas), cuya situación irregular normalmente acaban pagando los más débiles: los niños refugiados, acompañados y no acompañados, hacinados en los campos de refugiados, quienes carecen de los servicios de salud y educación mas imprescindibles.

El Gobierno, no tiene ninguna estrategia global para hacer frente a la desatención de los refugiados, ni mucho menos al cuidado de los niños. Recientemente ha aprobado un Código de la Familia que establece la estricta prohibición de la adopción. La preocupación de las autoridades se centra en que en la práctica, las adopciones internacionales se dedican al envío de niños fuera del país sin garantizar el respeto a los procedimientos establecidos en las adopciones ni el impacto psicológico que pueden sufrir los propios niños, utilizando los fondos obtenidos para su autofinanciación y sostenimiento.

Las instituciones internacionales observan con preocupación el elevado número de huérfanos y niños vulnerables que necesitan una atención especial y ha instado a las Autoridades de D´jibouti a que velen por la educación de los más desfavorecidos en el propio seno de sus familias y las comunidades de origen o, como último recurso, en centros de cuidados alternativos.

Los niños, además de carecer de educación y acceso a la sanidad, están expuestos a toda clase de despropósitos: los niños trabajan. Aunque la legislación prohíbe el trabajo a los menores de dieciséis años, es frecuente ver jóvenes vendiendo khat, trabajando en restaurantes y pequeños negocios, limpiando zapatos, haciendo de “gorrillas” vigilando coches, trabajando como servicio doméstico. Los niños se ven envueltos en ocasiones en casos de abusos de menores y otros de prostitución infantil. El castigo de los autores de esos actos generalmente consiste en penas muy ligeras.

Los niños son frecuentemente maltratados sin que dichos casos sean especialmente perseguidos por la justicia yibutí. Aunque la Ley contempla la separación de los niños de sus padres, como último recurso, en los casos de abuso o negligencia, ésta tampoco es posible que pueda llevarse a la práctica debido a la ausencia de infraestructura para ello. Otras veces son abandonados. La pena por ello es la cárcel o una multa sustitutiva.

La educación es obligatoria, pero hay que pagar por ella, lo cual equivale a que la obligatoriedad no deja de ser una quimera. Tampoco parece muy recomendable el impacto sobre los menores de la continua práctica de la poligamia de sus progenitores.



De esta manera, nos encontramos que muchos de los niños que viven en orfanatos no son realmente huérfanos, sino que viven en dichos establecimientos como mal menor de los pequeños. Además, como el Gobierno prohíbe su adopción, cualquier camino para estos pobres desgraciados está, en la práctica, avocado al desamparo más absoluto. ¿No es dramática dicha situación?

sábado, 6 de junio de 2009

Compromiso

Hay dos tipos de personas en este planeta; las que, con independencia de su religión y creencias, nacionalidad, origen y estatus social se encuentran comprometidas con sus semejantes, cuidan el medio ambiente y sufren con las guerras, el hambre y las desigualdades sociales. Y otras que son egoístas, piensan constantemente en el dinero, en lujos y miran para otro lado cuando oyen informes sobre las desgracias ajenas y carecen del mínimo escrúpulo social.

Mi estancia en este país, la comprobación del sufrimiento, ver el hambre en el rostro de las personas, la desigualdad, la miseria, la carestía de lo imprescindible y la comprobación in situ de la muerte de miles de personas por ausencia de alimentos me han clarificado mi escala de valores.

¿Cómo es posible que en España suframos por nimiedades cuando muchísimos niños mueren cada año como consecuencia de enfermedades fácilmente prevenibles o tratables, como diarrea o neumonía … ?, ¿qué importancia tiene casi nada de lo que me ocurre en España si lo comparamos con la ausencia de cuidados sanitarios en D´jibouti?, ¿en qué estoy pensando cuando me enfado porque tengo que esperar algunos días en España para que me den una cita médica, mientras que un niño nacido en África Subsahariana hoy tiene veintisiete posibilidades más de riesgo de morir antes de los cinco años que un niño nacido en un país industrializado?, ¿por qué me preocupo por el futuro de mis hijos ante un mal resultado académico si ellos tienen garantizado el estado del bienestar con alimento y hospitales, mientras que aquí la inmensa mayoría de niños y niñas no reciben atención médica básica?

España ocupa según el informe “Índice de madres 2007” el noveno puesto entre los diez mejores países para ser madre; D´jibouti ocupa el ciento treinta y uno (o sea el noveno por la cola)… ¿no es una casualidad terrible? Realmente es una terrible coincidencia que, obviamente, remueve mi conciencia.

Y qué decir de la educación… yo soy de los que me disgusto muchísimo ante un mal resultado académico y me preocupa mucho el futuro de mis hijos. En D´jibouti, educación es vida: Una de las maneras más efectivas para disminuir el riesgo de muerte de las madres y sus hijos es asegurar que las niñas vayan a la escuela. Cuanto más tiempo pasan en el colegio, más tarde se casan y se convierten en madres. Las niñas con educación tienen más posibilidades de madurar para ser madres y gozar de salud, nutrición, poder económico y conocimientos sobre cómo cuidar de sí mismas y de sus hijos.

¿De qué están hechos nuestros políticos? ¿Cómo no mostrar un mayor grado de solidaridad con países como éste? El cero con siete es un invento occidental para lavar nuestras conciencias, y ni siquiera nos acercamos a dicho objetivo.



En D´Jibouti, los niños y niñas más pobres son los más excluidos y los que tienen mayor riesgo de morir. Es así de triste, ¿cómo permanecer impasible ante semejante realidad?

viernes, 5 de junio de 2009

Viernes de playa

El viernes es el día de fiesta de los musulmanes. No hay trabajo (en este caso oficialmente para nadie, ni siquiera en el puerto), no hay escuelas, el mercado está cerrado, no abren bancos ni ningún comercio, todo el mundo se concentra a las doce en las mezquitas, los franceses se van de excursiones, no hay un solo vehículo por las calles, hace un calor extremo (como siempre), no encontramos ni siquiera a nuestros “locos oficiales”, ellos también deben tener su día de descanso, no hay absolutamente nada que hacer salvo combatir el calor y pasar el día de la forma más llevadera posible: o sea, ¡todo el mundo a la playa!

Nosotros no notamos la diferencia, salvo en los trayectos de subida y bajada a la base. Volamos igual, ya que los piratas no hacen festivos. Sin embargo, cuando pasamos al lado de la playa, el aspecto de la misma es impresionante.

Ciertamente no es Benidorm, Cullera, la playa de San Juan ni ninguna otra playa española que nos pueda servir de referencia…




Familias enteras, con seis u ocho chavales de media, aparecen por pequeñas bocacalles inexploradas por nosotros, procedentes de sus chabolas con cara de felicidad y ganas de pasarlo bien. Es una auténtica procesión. La carretera se encuentra plagada de gente. Van medio desnudos, con pantalones cortos, sin camisetas, en chanclas (en eso no hay diferencia respecto a otros días ya que cada cual dispone de un solo calzado), otros descalzos, alguno lleva un balón, otros una rueda de coche inflada… las mujeres llevan sus velos, otras van con camisetas y ropa ligera y generalmente caminan cargadas con agua.


La playa está abarrotada, no hay tumbonas, no hay más de dos o tres sombrillas en toda la playa, no hay toallas, no hay bañadores ni biquinis, no hay cremas. La mayor parte de los bañistas pasan el día entero en el agua. Las mujeres que se bañan lo hacen con camisetas y pantalones, muchos chavales también conservan sus ropas mientras se dan el interminable chapuzón. No hay absolutamente nada de oleaje, no se mueve la más mínima brisa, la orilla del mar parece una piscina, se ven más “cabecitas a remojo” que agua propiamente dicha.

Las escasas sombras de alguna palmera están completamente atiborradas. Alguno construye una choza para protegerse del sol con ramas y bolsas de plástico. Da igual, bajo el sol se puede soportar diez o doce horas si permaneces a remojo. Los chavales juegan al fútbol en improvisados campos polvorientos. En la playa, una rueda de vehículo hace de cama elástica para ensayar saltos con increíbles cabriolas. Algunos de pelean, todos ríen. Hay muchísima gente en cuclillas en círculos familiares.




Cuando se hace de noche la gente comienza a recogerse, la carretera se encuentra mojada de la gran cantidad de personas que se han aseado tras el día playero como buenamente han podido con agua de mar recogida en botellas de plástico. La playa está absolutamente llena de desperdicios, papeles, bolsas y todo aquello que ha perdido completamente su utilidad.

Esta noche, un pelotón de limpieza (al que nosotros llamamos “pelotón de castigo”) recogerá toda la porquería y barrerá la carretera para que mañana sábado presente un aspecto aceptable.

jueves, 4 de junio de 2009

¡Esa paella española!

Somos españoles en el extranjero ¿no?... ¿qué se espera de cincuenta españoles en el extranjero? Pues éso, una paellita.

Como quiera que nuestros compromisos con aliados y amigos de los más recónditos lugar del planeta han ido aumentando, nada mejor que engrasar la máquina de los apoyos colaterales con un poco de nuestra tradición más hispana.

Parece fácil, pero ¡claro! primero encontrar un cheff acreditado que tenga valor para atreverse a soportar las críticas (pinches éramos muchos), luego disponer de la paella, el gas, el hielo, los ingredientes… organizar el lugar, contar con bandejas, jarras, buscar un momento de “no vuelo”, enviar invitaciones formales, hacer la compra… todo ello para ¡cien personas!

La verdad, creo que el listón se ha puesto muy alto para nuestros sucesores… los franceses han “flipado” con el rebujito (no sé muy bien de dónde ha aparecido una caja de fino), algún que otro inglés no ha parado de beber cervezas, a los alemanes y alemanas les hacían los ojos “chiribitas” con el jamón y la paella ha salido… ¡paella! (que me he tomado alguna otra
denominada como tal por ahí que no pasaba de ser un arroz caldoso). Ha habido café y pastas, y la fiesta ha empezado cuando uno de los alemanes ha sugerido preparar media sandía como recipiente comunitario ideal para beber “un poquito de vodka con limón”.

Eso sí ¡qué sudada! Camisetas empapadas y rostros chorreantes no han empañado una jornada de confraternización con nuestros colegas en un ambiente fantástico en el que alguno ha acabado debajo de la manguera.

Nuestros colegas nos han felicitado por el trabajo realizado ayer en el Mar Rojo, que por una vez ha tenido una pequeña repercusión mediática. España exporta con sus militares en el exterior alegría, fiesta, gastronomía y buen ambiente, además de profesionalidad, competencia y resultados.



Me preguntaban al marcharse: ¿cuándo es la próxima?

miércoles, 3 de junio de 2009

Un poco de Historia

D’jibouti es sinónimo de olvido, de desolación, de desierto. Nadie se acuerda de este rincón del mundo. Quizá porque limita con países tristemente dados a conocer a la comunidad internacional por las tragedias, guerras y hambrunas que les han asolado una y otra vez, D’jibouti se ha resignado a no ser noticia para nadie. Nadie se acuerda de sus sequías terribles, de su hambruna mortal, de sus caminos polvorientos, de sus campamentos de refugiados...


Para conocer un poquito qué es lo que ha sucedido en este país a lo largo de su historia para llegar a la situación actual he buscado alguna reseña significativa. No hay mucho…

Por el siglo III antes de Cristo, inmigrantes Ablé llegaron desde la península arábiga y se establecieron en el actual territorio de D´jibouti. Los Afar, también llamados danakil, descienden de estos pueblos nómadas. Luego los Issa de Somalia expulsaron a los Afar del norte y se establecieron en las regiones costeras.


En el año 825 misioneros árabes introdujeron el Islam. Los árabes controlaron el comercio en la región hasta el siglo XVI, cuando llegaron los portugueses a hacerles competencia.

En 1862, Tadjoura, uno de los sultanatos en la costa somalí, vendió el puerto de Obock y las tierras adjuntas a Francia por 52.000 francos.

Poco a poco la presencia francesa fue haciéndose cada vez mayor y en 1945, recién terminada la II Guerra Mundial, la Somalia Francesa (que era la región de D´jibouti controlada por los franceses) fue declara Territorio Francés de Ultramar. Las tensiones entre las tribus locales y los franceses produjeron brotes de violencia y provocaron la retirada francesa en 1977, fecha de la independencia y en la que nació el nuevo Estado, con su Presidente, apoyado por una considerable presencia de tropas francesas.



Desde 1991, el Gobierno establecido se vió enfrentado con la rebelión armada de los Afar, organizados en el Frente para la Restauración de Unidad y Democracia (FRUD).

Desde entonces, y después de dos años de rebeldía en su mayor parte exitosa, se produjeron una serie de derrotas militares importantes sobre los rebeldes. Estas derrotas crearon divisiones serias entre los grupos Afar y, en 1994, una de las facciones firmó un acuerdo de alto el fuego con el gobierno, incorporando miembros del FRUD en la dirección de las Fuerzas Armadas y el propio Gobierno.


Etiopía y Somalia, vecinos de Djibouti, tienen aspiraciones territoriales con este país. El interés de Etiopía es fundamentalmente geopolítico. Al conquistar Eritrea su independencia, Etiopía se transformó en un país sin salida al mar. Para Somalia la cuestión es sobre todo una reivindicación histórica, coherente con su aspiración de reunificar la nación somalí.


Sin embargo, la guerra que mantiene D´Jibouti en la actualidad no es tanto política como de subsistencia.

La sequía de los últimos años viene provocando una dramática crisis alimentaria que hace que Djibouti luche en agonía y en silencio por sobrevivir.


http://www.unicef.org/spanish/har08/index_djibouti.php

martes, 2 de junio de 2009

el ajedrez gepolítico del Índico

Con motivo de la llegada de los japoneses a la Base americana de Camp Lemonier en D´Jibouti hemos sido invitados al acto de bienvenida preparado por los americanos.

Los japoneses han desplazado dos de los cuarenta y cinco P-3 que tienen en su país junto con ciento cincuenta hombres (ninguna mujer) como contribución a la lucha internacional para combatir la piratería.

Ha sido una buena ocasión para comprobar, de nuevo, cómo y con qué medios se desplazan los americanos por el mundo. La entrada a la Base americana es un sinfín de controles, alambradas, cámaras de seguridad, fosos para comprobar los bajos del vehículo, toros mecánicos que suben y bajan, barreras… y un montón de hispanos, armados hasta los dientes, que en un perfecto castellano caribeño nos han dado la bienvenida. Dentro, hammer a decenas, barracones a cientos, y todas las comodidades que uno pueda imaginar en una Base operativa americana. Sus medios militares son varios P-3, helicópteros, UAV´s y qué se yo cuántas fragatas y portaaeronaves.



Han decidido acoger a los japoneses que según he ido conociendo, no han parado de dar cabezazos a la par que hacían la "visagra" doblando una y otra vez sus espaldas al más puro estilo japonés mientras que intercambiábamos tarjetas de presentación.

Esto quiere decir que además de los medios militares franceses, españoles, alemanes, suecos, italianos y griegos por parte de la Unión Europea, tenemos a los americanos (y por tanto a los rusos), tenemos a los coreanos, a Singapur, a China, a la India… y ahora también a los japoneses.

No todos tienen intereses nacionales directos en la zona, algunos están aquí por contrarrestar la presencia de otros y los hay que quieren demostrar colaboración y presencia internacional. Los japoneses, (muy “majos” ellos, oye), convertidos en segunda potencia económica mundial, sólo quieren mostrar que, pese a su poderío económico, están muy lejos de sus afanes imperialistas de mitad del siglo pasado, aunque claro, si de paso que colaboran, protegen las rutas comerciales que les abastece desde Europa… mejor que mejor



Como sigamos en esta línea, lo llevan claro los piratas… ¡en cuatro días les tenemos a todos en el paro!

lunes, 1 de junio de 2009

Apestadas

Me han estado contando la situación que viven miles de mujeres en este país que me sobrecoge por las dramáticas consecuencias que implica en su modo de vida:

Las condiciones en la que las mujeres de D´jibouti dan a luz a sus hijos son absolutamente precarias, muchas veces llegan incluso a provocarles la muerte. La mayoría sobrevive, pero muchas de ellas arrastran importantes secuelas de por vida. ¿Qué les pasa? Muchísimas mujeres viven marginadas, condenadas socialmente debido a que sufren una lesión llamada fístula obstétrica durante el parto, que les provoca incontinencia urinaria o fecal.




La lesión se produce como consecuencia del parto con complicaciones y prolongado, durante el cual las mujeres pasan días intentando dar a luz sin conseguirlo, debido a que su pelvis es demasiado pequeña y no permite el paso del bebé. En D´Jibouti existe un mayor índice de partos problemáticos ya que las mujeres tienen hijos muy jóvenes, incluso durante la adolescencia, además, en muchos casos su crecimiento se detuvo a consecuencia de desnutrición o alguna enfermedad durante la niñez. Además, aquí no existen los goteos que ayudan a la mujer a dilatar durante el parto.

La constante presión de la cabeza del bebé deja sin riego sanguíneo los tejidos entre la vejiga y la vagina, lo que ocasiona la muerte del tejido y una perforación por la que las mujeres sufren incontinencia. Por supuesto, el bebé acaba muriendo.

A partir de ahí, el goteo de orina es constante y la mujer huele mal todo el tiempo. Ellas intentan evitarlo ingiriendo menos líquido lo que agrava el problema ya que el orín es más concentrado y el olor más intolerable para la gente a su alrededor. En la mitad de los casos, su marido la expulsa de casa o su familia le pide que viva en una cabaña apartada, su comunidad le margina, no puede visitar a amigos ni viajar debido a su constante hedor y goteo. El machismo les condena a una vida marcada por la vergüenza y la marginación.

El bajo nivel de educación de las mujeres y su situación de sumisión agrava la situación. Muchas son analfabetas, no entienden lo que les ha pasado, creen que es una maldición divina. Las mujeres que sufren esta lesión viven escondidas. Se avergüenzan de ella, no salen, no son visibles a la sociedad. Sufren en silencio y no se quejan.



Reproduzco una historia cualquiera:

"Digamos que es una chica de 16 o 17 años. Nadie le ha dicho qué debe esperar del parto, así que llega a éste con cierta aprensión, espera que sea rápido, sólo están las mujeres del pueblo para ayudarla. Pasan los días y el bebé no sale, ella está exhausta y desesperada. Finalmente, el niño muere y, una vez muerto, el feto se contrae, los huesos se ablandan y la joven consigue expulsarlo. Así que ha perdido a su deseado bebé y piensa: 'Bueno, quizá pueda tener otro'. Está agotada y se va a dormir. Pero despierta a un horror incluso mayor y quizá desea haber muerto con el niño. Encuentra la cama encharcada en orina, quizá en heces, y se da cuenta de que no puede controlar los desechos de su cuerpo. Piensa que quizá si se queda muy quieta, al día siguiente todo acabe, pero no es así. La casa comienza a oler. Su marido regresa y pregunta por qué huele mal, y ella le explica que no puede controlarlo. Él se mantiene a su lado, probablemente la ama, pero después de unas semanas concluye que no lo soporta y la devuelve a su familia. Ésta también le quiere, porque es su hija, pero se encuentran con el mismo problema. Tienen otros hijos y vecinos que vienen a tomar café, no pueden llevar una vida normal, así que finalmente le construyen una cabaña en algún lugar y esta joven vive allí sola”.