viernes, 1 de mayo de 2009

Fiesta del ¿trabajo?

Grandes carteles colgados en las avenidas principales de la ciudad decoran hoy la ciudad de D´Jibouti. El texto: jornada de fiesta para la reflexión sobre los “grandes avances sociales” conseguidos por la buena gestión gubernamental en materia laboral. Entrega de distinciones a los mejores trabajadores del puerto.

Con semejante autopropaganda y bombo el Presidente intenta cubrir la caótica situación del mercado de trabajo. Mientras, nuevos informes de la OIT denuncian violaciones sindicales, el incumplimiento de las normas fundamentales del trabajo, ausencia completa de libertad sindical, el derecho de huelga y el derecho de negociación colectiva tanto a nivel legislativo como en la práctica son utópicas.

La costumbre condena a las mujeres a ocupar un rango inferior en la sociedad y no tienen las mismas oportunidades que los hombres en la escuela ni en el mercado laboral.

El Gobierno no invierte en el bienestar y cumplimiento de los derechos de los niños y es deplorable la falta de datos fiables sobre el alcance del trabajo infantil en el país.

Los datos generales relativos a pobreza y trabajo son escalofriantes, y la evolución de los mismos empeora cada día: la tasa de desempleo es del sesenta por ciento, tres cuartas partes de la población vive en la pobreza relativa con menos de un dólar al día, la pobreza extrema aumentó del diez por ciento a finales del siglo veinte a casi el cincuenta por ciento en la primera década del veintiuno… y subiendo!

No es burlándose de los derechos fundamentales de sus ciudadanos como este país conseguirá liberarse de la extrema pobreza en la que se encuentra. Los despidos injustificados, las detenciones arbitrarias, la contratación de jornaleros en condiciones leoninas y el acoso permanente de los dirigentes sindicales son métodos a los que se debería poner fin inmediatamente.

¿Sobre qué mejoras habría que reflexionar hoy, primero de mayo?,¿qué clase de fiesta del trabajo puede realizarse en una situación como ésta?, ¿y quién se atreve, en este país, a levantar la voz?, ¿y qué hace Francia como antigua metrópoli, o el resto de potencias occidentales?



Mientras tanto, oigo las “alarmantes” cifras de paro en España... ¡En esta vida, todo es relativo!

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