viernes, 15 de mayo de 2009

Enfermedades infecciosas

He tenido la fortuna de conocer y charlar con Jaime, médico español jefe de la unidad de enfermedades infecciosas en el hospital de D´jibouti. Es el marido de Teresa, quien ha improvisado el dispensario de comida junto al hospital de Balbalah.

Es barcelonés, tiene sesenta y cinco años, alto, enjuto y ágil. Su familia tenía una buena posición social, eran industriales textiles, estudió medicina y trabajó en Nueva Orleans, y luego Nueva York donde se emparejó con una modelo española, mujer de moda a quien se disputaban los saraos del Estudio 54 y las fiestas VIP. Cuenta de aquella época que Andy Warhol, Liz Taylor o Liza Minelli ignoraban que aquel doctor “tan simpático” había pasado la tarde en Harlem con infecciosos… pobres y ricos acabarían muriendo, a la vez, de un mal entonces ignorado: el sida, la mitad también con tuberculosis.

"Entre los 12 primeros enfermos de sida, en 1978, dos eran míos: uno era un cocinero del hotel Plaza que había estado en Haití y el otro, un drogadicto"…se plantó en Haití y vio la mayor miseria de su vida y se quedó cuatro años. Luego estuvo en Uganda donde cuenta que comenzó contando muertos. Inició un hospital en Sudán, donde convivió con el virus ébola.

Jaime ha ido siempre “por libre”. Busca trabajos que le permitan el contacto directo con el enfermo sin más aspiraciones, le basta que le dé para vivir y que le guste el país. Para él “ir por libre” significa aprender, entender, preguntar, investigar, movilizarse o llevar niños a operarse a Barcelona.

Jaime es actualmente un experto en tuberculosis y dice que es una enfermedad de pobres que tienen problemas para el acceso a una medicación adecuada. Hace un seguimiento de estos enfermos. No se acostumbra a aceptar que el sufrimiento o la miseria no tengan remedio. Su máxima es evitar paralizarse por el sentimiento, pero, a veces, cuando llega al límite se chilla a sí mismo: '¡No llores, hagamos algo!'.


Hoy lleva África en los ojos. Dice que la tuberculosis y el sida no se curarán si no lo hacen juntas y esto, según afirma, en África no sucederá hasta que no se arregle el problema de la mujer, su independencia económica. “Para ello hay que educar al hombre".


Cada segundo se infecta de tuberculosis alguien en el mundo.
"El dinero no lava la conciencia"

1 comentario:

  1. Ese hospital se llama Hospital Peltier, es todo un fenómeno Jaime, cuando vino a uno de los cocidos, nos comentó, esto es lo que necesitan mis enfermos, adultos con 25 y 30 kg. Esta pareja Jaime y Teresa, son dos de los muchos españoles por el mundo, que desinteresadamente ponen su tiempo y su sabiduría al servicio de los demás. Ánimo Jaime, Anímo Teresa, sois maravillosos. Ursulo.

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