D´Jibouti capital es el puerto franco de África nororiental. De hecho es el único acceso por mar al continente africano en una distancia de miles de kilómetros.
Al Norte, en todo el Mar Rojo, ni Eritrea, ni Sudán, ni Egipto tienen ningún puerto importante desde el punto de vista comercial hasta pasar el Canal de Suez donde encontramos Alejandría, ya en el Mediterráneo. Al Sur, al ocupar Somalia, todo el “cuerno de África”, y dada la situación geopolítica de dicho país, descartamos Mogadiscio y hay que llegar por tanto hasta Mombasa en Kenia para encontrar un lugar con ciertas garantías.
¿Cómo accede al mar un país con un flujo comercial tan importantes como Etiopía? La respuesta es sencilla: a través de D´jibouti. ¿Y cómo ha aguantado independiente un país tan pequeño y con tan pocos recursos como éste? Igualmente sencillo: porque los franceses (quienes consideran este punto de gran importancia estratégica) han impedido cualquier intento de anexión por sus belicosos vecinos.
Así pues nos encontramos con una ciudad, y yo diría un país entero que gira entorno al puerto. Única salida natural al mar del comercio etíope, el puerto de D´jibouti es además el único polo económico importante del país.
Toda la actividad de la ciudad gira en torno al puerto. Allí veremos grandes naves mercantes, llegadas de todos los confines, amarradas entre dhows con sus equipajes con pinta de piratas que surcan las aguas costeras entre D´Jibouti, Tadjoura, Obock, Hodeida y Adén. Últimamente, con el lío de los piratas, proliferan gran número de fragatas y otros barcos de guerra de cualquier parte del mundo. Los hay griegos, italianos, franceses, americanos, suecos… ahora japoneses y como no: españoles.
Además, desde el puerto operan algunas pequeñas compañías marítimas, entre ellas Ethiopian Shipping Lines, que conecta con pequeños puertos del Mar Rojo. Y por último hay algunas compañías particulares como Dolphin, que organiza excursiones en skiffs (lanchas motoras) o en dhows para bordear las costas, así como visitar el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Puedo garantizar que un viaje en skiff por el Golfo de Aden resulta de lo más gratificante... ¡esperemos no ser confundidos por piratas por el P-3!
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