¿Qué hay aquí que provoca dicha atracción?
La respuesta es simple: absolutamente nada. Aquí solamente se puede encontrar desierto, desolación, un clima muy poco adecuado para la vida humana… no hay recursos, no hay agua, no hay nada. Ya lo decía “El testamento del chacal”, D´Jibouti no es lugar para los hombres…
Sin embargo, durante algún paseo nocturno por el espigón, bajo el cielo estrellado, en ese momento donde medito cuestiones más o menos trascendentes pienso:
... si no tuviera responsabilidades familiares, si no hubiera tenido hijos, si no quisiese compartir mi vida con una persona con lazos en España, si mi sentimiento solidario con los menos favorecidos fuese más fuerte, menos teórico, si tuviese los ingresos mínimos vitales garantizados, si supiera hablar francés … ¡demasiados condicionales para mi persona!
Tranquilizo a mis conocidos, amigos y seres queridos: no voy a ser yo el que me quede a vivir en D´jibouti.
Sin embargo, conozco a alguien que cumple todos y cada uno de esos requisitos. Esos, y alguno otro como el de tener un sentimiento religioso profundo, un conocimiento profundo sobre las relaciones entre las personas, una probada capacidad de sacrificio, una predisposición innata para ayudar a los demás y sobre todo un corazón inmenso que necesita regalar amor.
Con esas características humanas y con lo que las gentes de esta zona necesitan ese tipo de personas que ayuden de forma desinteresada, no sería de extrañar que esa persona en quien estoy pensando pudiese encontrar, al menos temporalmente, calorcito para su alma.
Te avisé que te dedicaría un post... no te lo pienses más, ¡vente Muck!
Nach, gracias por el post, pero creo que, salvo lo de no tener hijos, lo del francés y lo de los ingresos mínimos, estás describiendo a otra persona adornada con todas esas virtudes...
ResponderEliminarUn abrazo, campeón
Muk