miércoles, 20 de mayo de 2009

Relevo de tripulación

Los componentes de la tripulación que han coincidido en este relevo son un grupo de profesionales como la copa de un pino. Aunque son de naturaleza muy variada por sus empleos, por sus cometidos, por su ejército de procedencia y por su edad, han cumplido a la perfección su cometido. Si tenían que levantarse a las cuatro de la mañana… ninguna queja, si había que prolongar la misión más de ocho horas, ninguna protesta, si después de una actividad rozando el límite de las quince horas había que extenderse en el debriefing de misión, ni una mala cara. … nada.

Profesionalmente, han posicionado skiff piratas y barcos nodriza, han proporcionado inteligencia de imágenes sobre los barcos secuestrados y los asentamientos cercanos, han desplegado en Kenia donde han contactado con los pesqueros españoles y efectuado las misiones asignadas.

Desde el punto de vista personal, no puedo destacar a ninguno, pero no puedo dejar la ocasión sin referirme brevemente a cada uno de ellos…

Los mecánicos de vuelo son Oscar y Ramírez. El primero atento, educado y profesional, el segundo un atleta. Además del tenis, corre, nada y hace lo que sea. Acaba de pedir destino en una Unidad donde dejará de volar. Le deseo mucha suerte, y ojalá encuentre compañeros similares a los que ha tenido aquí.

Óscar, el comandante de la aeronave es serio y profesional, deportista de gimnasio, lo primero para él es el avión, el cumplimiento de toda la reglamentación, ah! y el skype.

David es el segundo piloto, estudioso de todo aquello que tenga relación con su querido P-3 y trabajador en la sombra, no destaca, pero no descansa, no hace ruido, cuando levanta la vista de los libros del avión hace de sparring de tenis para Ramírez.

Mari Carmen es nuestra “Gueina”. Recién salida de la Academia el curso pasado, completa su formación en esta misión. Ha decidido casarse el próximo septiembre con otro piloto. Dios les cría y ellos se juntan. Aunque sus tomas tienen cierta fama de ser un poco “durillas”, puedo garantizar, por experiencia personal, que tampoco es para tanto…

Agudo es el fotógrafo. No tiene el más mínimo problema en pasar el tiempo necesario después de un vuelo de ocho horas en preparar los productos de su misión para poder remitirlos a Madrid ASAP.

Arturo es un profesional en vías de extinción. Es un auténtico “chamán” … con su pantalla verde de radar lee los ecos como si fuese un brujo adivinando el futuro en su bola de cristal. Alguna que otra tormenta ha sido un poco más llevadera gracias a su buen hacer como si tuviera la capacidad de modificar la realidad o la percepción colectiva, de modo que no responde a una lógica causal. “Mire, mire esto es un skiff” me insistía durante un vuelo… mientras yo veía lo mismo que cuando el pediatra me decía viendo una ecografía hace más de veinte años: “esto es un fémur”.

Los tacos, para ser de la Armada… parecían de Aire. Alejandro dejó pasmado a algún pesquero dirigiéndose a ellos en euskera con su gracejo vasco. Serio, profesional, trabajador y muy buena gente.

Antonio, un crack, auténtico líder, estaba en todo. Capaz de preocuparse por los extremos más inverosímiles de la Operación, desde los aspectos operativos más técnicos hasta la reserva de habitaciones en cualquier rincón del planeta. Ha sabido crear un excelente ambiente de trabajo en equipo. Si no fuera por su propensión a poner en el coche un CD de “Raphael” a las cinco y media de la mañana… ¡felicidad plena!

El último es Paco, el armero. Bajo el aspecto de “play boy” de la jet set andaluza, y con el gracejo gaditano en sus maneras, forma de hablar y ocurrencias de todo tipo, se esconde un gran corazón, con miles de horas de vuelo, alma marinera, un artista con los lápices y sobre todo una claridad meridiana en las prioridades personales en su vida… y es que la vida, a veces, nos hacen pasar por experiencias dolorosas que hay que saber llevar… como Paco lo hace. Su guerra particular con los “buzos”, digamos que ha acabado en tablas.


Les he cogido cariño, y creo que les echaré de menos. Son diez, todos “de diez”.

1 comentario:

  1. Creo que ahora sí. Después de dos intentos anteriores, ahora, sí se va a publicar, un pequeño comentario mío. Pertenezco a ese grupo de hombres "profesionales como la copa de un pino, de grande" que, muchas veces sólo con la íntima satisfacción del deber cumplido nos vemos recompensados.
    ¡¡Hay que seguir con nuestra labor haciendo las cosas bien. Es nuestro cometido!!

    Saludos desde España, de Antonio Medina.

    ¡¡Hasta la vista!!

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