viernes, 27 de marzo de 2009

Los piratas

La piratería no es un fenómeno reciente en aguas de Somalia ya que en los las últimos décadas han tenido lugar multitud de asaltos. Sin embargo, la preocupación en Occidente ha crecido durante los últimos meses ante el aumento de su número, de la distancia de la costa a la que se producen y la ausencia de medidas para frenarlos.

Ante el vacío de poder que se creó tras la guerra civil en Somalia del año 1991, tras la caída del dictador Siad Barre, apoyado hasta entonces por EEUU, pesqueros extranjeros comenzaron a faenar sin permiso en las aguas territoriales del Cuerno de África.

Al ver cómo se esquilmaban sus recursos, los pesqueros somalíes se organizaron para perseguir a estas embarcaciones. Se llamaban a sí mismos “guardias costeros”. Pero estas operaciones comenzaron a desvirtuarse hasta acabar en la piratería. En la actualidad, a los antiguos pescadores, que son los que controlan el movimiento por las aguas, se han sumado combatientes de los distintos señores de la guerra y clanes de Somalia que ponen las armas y las estrategias de abordaje. El tercer engranaje son los expertos técnicos, encargados de los teléfonos satélites y los GPS tanto para el asalto como para las comunicaciones.

Los motivos que han favorecido este fenómeno han sido de índole tanto geográfico como socio-político: El primero deriva de la riqueza pesquera del litoral somalí, lo que atrae a gran cantidad de barcos, a ello se une que su costa norte es vía natural de paso entre Asia y Europa (golfo de Adén). El segundo se enmarca dentro de un contexto político caracterizado por la inestabilidad, las luchas sectarias, la corrupción y la falta de seguridad, además de una situación humanitaria pésima, definida por los frecuentes enfrentamientos, la falta de alimentos y una gran cantidad de desplazados.

Los piratas somalíes tienen como único objetivo la obtención de un rescate, el saqueo de los distintos cargamentos de momento es una motivación secundaria. Atacan prioritariamente a ciudadanos de los países económicamente más desarrollados con el fin de obtener sumas elevadas por su liberación.

Usan pequeñas embarcaciones para abordar a los navíos objetivo y dependen en sus ataques de las condiciones meteorológicas en cada momento.

Los beneficios se reparten de la siguiente forma: 20% para los jefes, 20% para futuras misiones, 30% para los piratas y 30% para oficiales del gobierno. Este flujo de dólares libres de impuestos está generando un auténtico boom del oro en el Norte de Somalia. Combatientes de todo el país se dirigen allí para sumarse a la fiesta del pillaje.

Para muchos jóvenes, resulta ahora más sencillo hacerse con parte de la prosperidad del mundo rico que pasa por las puertas del golfo de Adén.





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"Motivation is monetary, killing crewmember is contrary to pirate objectives"

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